Eso no tiene precio…
Hoy se celebra el Día Internacional de la Solidaridad Humana, tiene un noble objetivo la celebración ya que su finalidad es promover la solidaridad como valor universal fundamental para la cooperación y bienestar de los pueblos, pero, ¿de verdad somos solidarios en todos los sentidos y momentos?
Honestamente estamos muy lejos de serlo, aunque se quisiera que en verdad todos los seres humanos fuéramos solidarios unos con otros son muchos los factores, necesidades, ambiciones y conveniencias que hacen que este mundo cada vez esté más deshumanizado, individualista, en resumen, que las personas sean menos solidarias unas con otras.
La razón, sin duda, es que la perversidad de los poderosos es mucha y para la mayoría de los encumbrados primero están sus intereses políticos, económicos y sociales después, si les sobra poquito y se les acaba la ambición, la solidaridad con sus pueblos, con su gente.
Bueno, en ocasiones los poderosos, políticos o económicamente, no son solidarios ni siquiera con los de su misma sangre, se matan por una herencia, por un contrato, ya de la solidaridad con el resto de la humanidad mejor ni hablamos.
Para muestra están las industrias farmacéuticas, de armamento, unos generan virus para luego vendernos la cura sin importar cuantos seres humanos mueran en el experimento, los otros hacen guerras para probar sus armas destruyendo pueblos completos. Todo por poder y dinero.
Tristemente la solidaridad no es un valor universal, la cooperación y bienestar de los pueblos solo está en los discursos, esa es la verdad.
Estamos hasta perdiendo la capacidad de asombro, de conmovernos, se plática, y hasta con mucha naturalidad, como si fuera normal, que cada día se registran miles de muertes en el mundo entero a causa de hambre, olvido, porque gente no le alcanza ni para comer, o porque no tienen para adquirir un medicamento.
No, en realidad no hay solidaridad humana en general y, a cómo vamos, cada día estaremos peor pues la crisis económica, la ambición, el desempleo, la necesidad en general, hace que cada quien vea más por sus intereses y poco se toque el corazón para cuidar al resto de sus hermanos, para solidarizarse con quienes sufren ante una injusticia o una tragedia.
Lo peor es que cuando “nos solidarizamos o decimos que ayudamos” lo publicitamos como queriendo que el mundo vea que somos buena gente, la verdad es que cuando se ayuda o se es solidario con alguna persona no hay necesidad de hacerlo público, es más valioso saber que hiciste el bien sin buscar obtener un objetivo.
La bondad y solidaridad se guarda en el alma, se entrega sin condición, sin esperar nada a cambio, no hay necesidad de que la gente vea que haces el bien, la verdadera solidaridad y ayuda es callada.
En fin, la situación es que hoy es el Día Internacional de la Solidaridad Humana, ojalá al menos en estas fechas seamos empáticos, solidarios con quienes necesitan.
Cierto, hay muchas personas de gran corazón, pero no tienen los recursos suficientes para hacer el bien, pero en ocasiones hasta un buen consejo, ayuda moral, estar para las personas, eso es la solidaridad y créame, esa, como dijera el viejo refrán de televisión “no tiene precio”.
Rosa Elena González
Es Licenciada en Relaciones Públicas. Ha colaborado con editoriales en El Mercurio.
Actualmente su columna Vida Diaria se publica en el Portal HOYTamaulipas y los periódicos La Verdad de Tamaulipas, Expreso, La Extra, La Voz de Tula, El Tiempo de Mante y Astronoticias, El Bravo de Matamoros y Canal 10
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